Reseña #20: El orgullo del dragón - Iria G. Parente y Selene M. Pascual

¡Hola a todos y a todas! ¿Qué tal estáis? ¿Qué tal el fin de semana? Regreso un día más con una nueva reseña: El orgullo de dragón de Iria G. Parente y Selene M. Pascual. ¿Comenzamos?

Título: El orgullo del dragón 

Bilogía: El dragón y el unicornio 

Autoras: Iria G. Parente y Selene M. Pascual

Editorial: Nocturna ediciones

Páginas: 562 páginas

Precio: 17 €

Siguiente libro: La venganza del unicornio

Viria es la tierra de los hombre. Gineyka, la de la mujeres. Las diferencias entre ambas naciones son notables. En Viria, los hermanos Lavalle tienen la vida aparentemente resuelta. Neith Sinagra malvive en unas calles hostiles y Arabella Medici intenta salir adelante sin contraer matrimonio. En Gineyka, Saroi Burgoa se prepara para ser adoptado mientras que su hermana, Irati, se convierte en una inventora con un porvenir brillante… Al contrario que Eider Haizea, que por su ceguera sabe que a ojos de todos carece de futuro.

Pero hay algo que los caracteriza por igual: su disconformidad con el mundo que los rodea. Y el hecho de que todos ellos están a punto de cambiarlo.

Hace unos días, tuve la oportunidad de leer Sueños de piedra (libro de las mismas autoras perteneciente a la saga de Marabilia). En la reseña que hice (la podéis encontrar aquí), señalé que era el primer libro que leía de las autoras, y aunque debían pulir ciertos aspectos en cuanto a estilo y ambientación, se notaba que tenían mucho potencial y esperaba que mejoraran en sus siguientes publicaciones. Y lo han hecho, por lo menos en El orgullo del dragón. 

La bilogía de El dragón y el unicornio surgió a partir de la famosa frase que las mujeres estamos tan hartas de escuchar: "Ni machismo ni feminismo". En este sentido, las autoras nos cuentan en los agradecimientos que, en una conversación que tuvieron en el año 2016, reflexionaron sobre esto y llegaron a la conclusión de que estaban muy cansadas de escuchar esta frase o, y cito textualmente, "de los hombres que temían que el feminismo fuese a hacer lo mismo con ellos que durante siglos ha hecho el machismo con nosotras". Y a partir de estas reflexiones, unas de ellas dio con la tecla;  con la idea que comenzó todo: "Tendrán que ver cómo sería de verdad un mondo en el que ellos sufrieran lo que nosotras par darse cuenta de que no es eso lo que las feministas pretendemos".  De esta manera, surgió Gineyka, y a partir de esta, vio la luz Viria, "para trazar el paralelismo entre ambas sociedades". De este modo, en El orgullo del dragón nos vamos a encontrar, en un ambiente steampunk, con dos sociedades enfrentadas y muy opuestas entre sí, pero que, en el fondo, no son tan diferentes, pues ambas son sociedades muy injustas. 

Por un lado, tenemos la nación de Gineyka que se caracteriza por ser una sociedad matriarcal: las mujeres son quienes gobiernan el país y quienes pueden acceder a los puestos de trabajo más importantes, pues solo ellas (según los preceptos de su religión) poseen el talento para ser ingenieras, mecánicas, poetisas, etc. Por otra parte, los hombres no tienen ni voz ni voto en esta sociedad y su papel se reduce al cuidado del hogar y de los niños. Además, predominan las relaciones sáficas, minetras que los hombres solo pueden ser adoptados por las mujeres. Asimismo, este país destaca por su industria.

Por otro lado, está la nación de Viria, que es una sociedad patriarcal, homófoba y racista (aunque esto también lo vemos, aunque en menor medida, en la sociedad de Gineyka) y que roza el fanatismo religioso. Además, al contrario que Gineyka, en Viria se desarrolla sobre todo el campo de la química y la medicina.

En todo este contexto, nos vamos a encontrar con varios personajes que, de una manera u otra, intenta sobrevivir en estas naciones tan hostiles: en Viria, los hermanos Via y León Lavalle viven de manera acomoda, pero ocultan un secreto que, bajo ningún concepto, nadie puede descubrir; Neith Sinagra, al contrario que los hermanos Lavalle, malvive en las calles de Arxia (ciudad de Viria); no tiene ni familia ni dinero, y es discriminado por la sociedad viriana por el color de su piel; Arabella Medici es una joven rebelde y revolucionaria que está en contra de los principios de la sociedad patriarcal de Viria, pues se niega a cumplir con las únicas funciones que tiene las mujeres virianas: casarse y tener hijos. Por otra parte, en Gineyka, Saroi Burgoa acaba de cumplir los dieciséis años y espera a ser adoptado por alguna mujer, pero, en realidad, él prefiere dedicarse a la poesía y vivir de ellos sin depender de una mujer; su hermana, Irati Burgoa, es una gran inventora e ingeniera a la que acaban de ofrecer un puesto en un proyecto (donde trabaja también Gadea Haizea) que va a marcar un antes y un después en Gineyka; Eider Haizer, por el contrario, está harto de que todo el mundo, incluso su madre, lo trate de un modo especial por su ceguera.

Si en Sueños de piedra (y perdonad que lo esté mencionado mucho, pero es el único libro que me he leído de Iria y Selene) me quejaba de que las autoras no habían sabido sacarle provecho a ese mundo que ellas habían creado, y que el espacio y la ambientación servían más bien como un telón de fondo por donde los personajes se movían de un lado a otro, en El orgullo del dragón pasa lo contrario: las dos sociedades que se nos presenta en el libro, Viria y Gineyka, están muy bien construidas y definidas, y las autoras se encargan de dar al lector toda la información necesaria, sin llegar a saturarlo, para que conozcan todos los matices que existen en cada sociedad (ya sea religión, política, economía, etc.) y las diferencias que hay entre ambas naciones. Sin embargo, creo que el tema del steampunk podían haberle sacado mucho más provecho, pues, desde mi perspectiva, se presenta como un elemento más y que no tiene mucha relevancia dentro de la historia, a pesar de que se desarrolla en un ambiente steampunk.

Sin duda alguna, el punto de fuerte de El orgullo del dragón son sus personajes; son personajes muy bien construidos y desarrollados, con personalidades bien definidas, con sus matices y diferencias, y que tienen una evolución brutal a lo largo de la novela. Además, es importante señalar que las autoras presentan una gran diversidad de personajes y dan voz a aquellos que, desgraciadamente, no tienen ningún tipo de representación o no han podido alzar su voz, hasta hace muy poco, ante las injustas sociales que sufren, y esto me parece maravilloso, pues a través de sus voces, las autoras van a verter su crítica y van a denunciar las desigualdades sociales (de género, de raza, de clases, etc.) que existen ya no solo en Gineyka y Viria, sino también en nuestro mundo. Por ello, El orgullo del dragón es, ante todo, una novela de denuncia y de reivindicación. Además, este inconformismo de los personajes principales se mezclan con esas ansias de libertad que poseen.

Además, algo que me ha gustado mucho de estos personajes (aparte de ser unos personajes muy bien construidos y que representan estos colectivos que, hasta hace poco, no tenían voz) es que no son personajes conformistas (aunque creo que esto se va a ver mejor en La venganza del unicornio).  Estos personajes sospechan que la sociedad en la que viven está podrida y no están de acuerdo con esos valores conservadores y clasistas que se promueven en ella. Son pequeñas ideas que están en sus mentes y que se van a ir fraguando poco a poco, y en un momento determinado de la novela, van a cuestionar la sociedad, en mayor o menor medida (dependiendo del personaje y de su situación), e incluso van a chocar con ella.

Sin embargo, a pesar de que me ha gustado mucho la ambientación y los personajes de El orgullo del dragón, creo que la novela falla un poco en la trama y el ritmo. Sin duda alguna, El orgullo del dragón es un libro introductorio y que el grueso de la trama de la bilogía lo vamos a encontrar sobre todo en La venganza del unicornio. No obstante, que sea un libro introductorio, ha hecho que la lectura se haya vuelto un poco pesada, pues, en realidad, hasta casi las últimas 100-150 páginas de la novela, no ocurren cosas muy relevantes en la trama, ya que las autoras han preferido introducir bien la ambientación y los personajes en esta primera parte de la bilogía, y dejar el resto para el siguiente libro. Además, la trama de los personajes de Viria (los hermanos Lavalle, Neith Sinagra, Arabella Medici, entre otros) se me hizo más atractiva e interesante que la de los personajes de Gineyka hasta el punto de que conecté y empaticé mejor con los personajes virianos que con los gineykanos. 

A pesar de estos fallos, estoy deseando de leer el siguiente libro y ver como se va ir desarrollando la trama en La venganza del unicornio, pues el final de El orgullo del dragón me ha dejado con la boca abierta y con muchísimas expectativas con respecto al siguiente libro.

Concluyendo ya la reseña, a pesar de los fallos en la trama y el ritmo de la novela, recomiendo que leáis El orgullo del dragón, ya que, como he mencionado anteriormente, es un libro donde, a través de sus personajes, se denuncian las injusticias sociales que se comenten en las naciones de Viria y Gineyka, y que se mezcla con el deseo de libertad de unos personajes inconformistas que quieren salir de esa jaula de clasismo y conservadurismo que sustentan las sociedades virianas y gineykanas.

Muy recomendable

Créditos: Las ilustraciones son de Alejandra Hg (twitter: @MercurioBebop).

¿Os habéis leído este libro? ¿Qué os ha aparecido? Si no es así, ¿le daréis alguna oportunidad?

Airin Bartt