¡Hola, amantes de la lectura! ¿Qué tal estáis? ¿Cómo os está yendo la semana? Espero que muy bien. Hoy os traigo la reseña de Algacei, la primera parte de la saga Sub Umbras, escrita por Verónica Monroy Romeral. ¡Empezamos!
Condenado desde hace un siglo a vivir como un lobo, Aglacei ve el momento de regresar a su tierra cuando una misteriosa vidente le revela que la Heredera de la Oscuridad derrotará a Gadén, culpable de su maldición. Para ello, tanto él como su aliada Karesia deberán guiar e instruir a una muchacha desconocedora de la magia elemental en un viaje que transformará sus oscuros ideales.
En un mundo violento y repleto de enemigos, el guerrero con el corazón de hielo, acostumbrado a actuar solo en beneficio propio, encontrará bajo la forma de unos ojos verdes una razón por la que luchar más importante que su apariencia.
No os podéis imaginar lo sorprendida que me ha dejado este libro. Lo conocí de casualidad, gracias a un anuncio de Instagram, pero no dudé en anotarlo en mi lista porque tenía todos los ingredientes que necesita una novela para que me guste (fantasía oscura, magia elemental, criaturas sobrenaturales, un viaje, un mundo muy rico en detalles, etc.). Y así ha sido. Vaya maravilla de novela. Es cierto que, al inicio, no iba con muchas expectativas, pero, finalmente, la novela ha sido todo un acierto, pues me ha encantado de principio a fin (deciros que ha sido de lo mejorcito que he leído en estos meses); la he disfrutado tanto que estoy deseando de que la autora publique ya la segunda parte (cruzando los dedos para que sea pronto) para poder hincarle el diente a gusto.
Han pasado cien años desde que la Bruja de Asidonia, Gadén, maldijera a Aglacei y Karesia. Condenados a vivir una vida monótona y aburrida, Aglacei, un gran hechicero (apodado como «Corazón de hielo») convertido de manera permanente en un lobo negro (que no en licántropo ni en hombre lobo), y Karesia, una dragona que no puede adoptar su verdadera forma, sueñan con que llegue el momento de volver a su tierra querida y vengarse de la bruja que les arrebató su antigua vida.
Para sorpresa de ambos, la suerte parece sonreírles y, un día, una misteriosa vidente les revela a los dos la existencia de la Heredera de la Oscuridad, una joven capaz de derrotar a la Bruja de Asidonia y romper la maldición. Sin embargo, antes de iniciar el viaje a Asidonia, hechicero y dragona deben encontrarla y entrenarla, pues esta joven desconoce su condición como Heredera de la Oscuridad y, por ende, no sabe utilizar sus poderes.
Noxveria (mejor conocida como Nox) es una joven algo rara e impulsiva que, desde hace años, sufre alucinaciones donde ve a seres extraños que la acechan desde las sombras. Sus familiares y amigos creen que todo es producto de su imaginación, pero, después de una noche fatídica en la que estos seres le atacan por orden de la Bruja de Asidonia, nuestra protagonista tiene que asumir que todo es real y que, para su sorpresa, está destinada a ser la Heredera de la Oscuridad. Después de salvarse de la muerte, a regañadientes, Noxveria acepta viajar con sus nuevos aliados, Aglacei y Karesia, quienes, durante la travesía, tendrán que instruirla y prepararla para su destino. ¿Conseguirá Noxveria convertirse en la gran heroína que anuncian las profecías? ¿Podrá derrotar a Gadén y romper la maldición de Algacei y Karesia o, por el contrario, fracasará en el intento?
Como ya he mencionado anteriormente, Aglacei ha sido una novela que me ha sorprendido mucho; en realidad, no esperaba que me fuera a encantar tanto como realmente lo ha hecho. ¿Y por qué ha sido así? Básicamente, porque cuenta con todos los ingredientes necesarios que hacen que sea una gran historia de fantasía (de esas historias que tanto me entusiasman): una trama que engancha desde el principio y que está repleta de acción, unos personajes redondos y carismáticos, una ambientación espectacular y magia (y criaturas sobrenaturales) por doquier. Por no mencionar lo bien que escribe Verónica Monroy y el gran trabajo que ha hecho en cuanto a edición y maquetación del libro se refiere. Se nota todo el esfuerzo y cariño que le ha puesto la autora a la novela para que todo esté perfecto. Incluso, hay mapas al principio del libro, lo cual siempre viene muy bien para que los lectores podamos ubicarnos dentro de la trama.
Así pues, Algacei parte de una premisa que es muy común en este tipo de novelas: una maldición que afecta a varios protagonistas de la historia, una elegida —quien, en un principio, no sabe nada sobre su verdadera naturaleza— que está destinada a derrotar a la antagonista, un sistema de magia más o menos complejo (y que, por cierto, me ha encantado), la aparición de ciertas criaturas sobrenaturales, un viaje que cambiará a la mayoría de los personajes, fuerzas oscuras que manejan los hilos desde las sombras, entre otras cosas. Sin embargo, a pesar de que, en esta novela, aparecen tópicos o elementos típicos de este tipo de libros —algo que, en realidad, no es necesariamente malo—, la autora los lleva a su propio terreno y nos presenta una historia con sus propios matices y particularidades.
En primer lugar, tenemos que los tres protagonistas (Noxveria, Aglacei y Karesia) pertenecen al elemento umbra, es decir, al elemento de la oscuridad. Ya me detendré más tarde en el tema de los personajes y en el sistema de magia, pero el hecho de que los protagonistas indiscutibles de la novela pertenezcan al elemento que, tradicionalmente, se ha asociado a lo maligno y a lo sombrío, me ha parecido muy original, sobre todo, para este tipo de historias. A esto, además, hay que sumarle que la elegida, Noxveria, no es otra cosa que la Heredera de la Oscuridad. En este aspecto, me ha parecido bastante interesante (y novedoso) este giro de tuerca que plantea la autora con respecto a las clásicas novelas de fantasía épica en la que el elemento principal de la trama era la lucha entre el bien y el mal y, en concreto, entre la luz y la oscuridad donde esta última era el enemigo a abatir por estar asociado, como ya he dicho antes, con lo perverso. En el caso de Aglacei, la oscuridad es un elemento más dentro del sistema de magia que ha creado la autora y que, además, está intrínseco a la naturaleza y, por supuesto, a todas las criaturas que habitan en el mundo. En este sentido, al ser la oscuridad presentada como algo tan natural como la vida misma, algo que no tiene por qué relacionarse con lo sombrío y lo pérfido, la elegida y, en definitiva, los demás protagonistas pueden pertenecer a este elemento sin ningún tipo de problema.
En segundo lugar, otra de las particularidades que presenta esta novela con respecto a otras de esta misma temática, es que
la elegida, Nox, en su viaje, va a estar acompañada y respaldada por dos personajes, Aglacei y Karesia, que se alejan de ese canon de personajes arquetípicos que suelen acompañar al héroe o la heroína en sus gestas. Ambos, en un principio, se mueven por fines que son totalmente distintos a, por ejemplo, querer salvar su tierra de las garras de la antagonista; no son fines altruistas ni buscan justicia ni paz para su pueblo, incluso, en el inicio de la novela, ven a Nox, no como una compañera de viaje ni como una aprendiz a la que le tienen que enseñar magia, sino solamente como un medio para llegar a su objetivo (en este caso, romper solamente la maldición que les tiene atados) y esto se ve a través de sus acciones (incluso, no aguantan a Nox durante una parte de la novela). Además, al principio,
se les presenta aparentemente como personajes que son egoístas, fríos, egocéntricos y solo se interesan por ellos mismos.
Por otra parte, tengo que señalar que, aunque el libro cuenta con unas 600 páginas, la trama engancha desde el inicio. A esto hay que sumarle que el estilo de la autora —que, por cierto, escribe bastante bien— es muy ameno y fluido y no peca de utilizar descripciones muy extensas (lo cual es de agradecer) a pesar de tener que introducirnos a los lectores en un mundo totalmente nuevo, con sus detalles y peculiaridades. Además, muchas de las interacciones y diálogos entre personajes están cargados de humor, lo cual agiliza mucho la lectura.
En cuanto a la ambientación, debo decir que es espectacular. Vaya maravilla de ambientación que ha creado Verónica Monroy. En este aspecto, a lo largo de la novela, de la mano de los personajes, vamos a recorrer los continentes de Eguroa y Asidonia, unas tierras donde conviven distintas especies: seres humanos, dragones, elfos, genios, demonios y otras criaturas sobrenaturales que iremos descubriendo conforme vayan pasando las páginas de libro. Obviamente, todavía queda mucho por conocer de este fantástico mundo, pero, a mí como lectora, me ha dejado satisfecha todos con los detalles que se nos ha dado en esta primera entrega. Es decir, la autora aporta la información justa y necesaria (a lo que ambientación se refiere) para que el lector quede satisfecho. Asimismo, de la ambientación, sin duda alguna, me quedo con su sistema de magia. Sin entrar en spoilers, el sistema de magia se basa en la magia elemental, pero tengo que hacer hincapié en el hecho de que va más allá de los cuatro elementos —agua, fuego, viento y tierra—, pues, a ellos, se les une otras más que, quizás, no son tan típicos como los otros cuatro —por ejemplo, el elemento veneno o el espiritual, entre otros—.
Con respecto a los personajes, tengo que señalar que, tanto los protagonistas como los secundarios, están muy bien construidos y desarrollados. De entre todos ellos, voy a destacar a los protagonistas: Aglacei, Karesia y Nox. Sobre todo, lo más resaltable de estos tres personajes es que van a experimentar una evolución brutal a lo largo de toda la novela. En este sentido, los lectores vamos a ser testigos de cómo el viaje los va a cambiar y, gracias a esto, vamos a descubrir otras facetas de su forma de ser y personalidad. En párrafos anteriores, hablaba de que Aglacei y Karesia se presentaban inicialmente como personajes egocéntricos, fríos y con fines egoístas; sin embargo, a lo largo de la historia, veremos que no es del todo así, sino que, son personajes grises, personajes con muchos matices que tiene su lado malo, pero también su lado bueno. Lo mismo ocurre con Noxveria; al principio, se nos presenta como una muchacha algo infantil e impulsiva, pero también vamos a descubrir facetas de su personalidad que estaban escondidas en su interior y que, realmente, ni ella sabía que existían.
En definitiva, Aglacei de Verónica Monroy ha sido todo un descubrimiento; no iba con ningún tipo de expectativas, pero, al final, me he llevado toda una sorpresa. Con una trama muy bien hilada y desarrollada, una ambientación espectacular y unos personajes muy carismáticos, esta novela es perfecta para los amantes de la fantasía.
Créditos:
Imagen 1: www. jenova87.deviantart.com (artista: jenova 87).
Imagen 2: https://www.deviantart.com/aivoree/art/Crimson-Cosmos-613005981 (artista: Aivoree).
¿Habéis leído este libro? ¿Os gustó? Si no lo habéis leído, ¿os ha llamado la atención? ¿Le daréis una oportunidad?
Airin Bartt
