¡Hola, amantes de la lectura! ¿Cómo estáis? ¿Qué tal está yendo la semana? Espero que muy bien. Hoy os traigo la reseña de La flor y la muerte, la primera parte de la saga Olympus escrita por Iria G. Parente y Selene M. Pascual. ¡Empezamos!
Marte, 2628. Olympus es un gran corporación que se extiende por la galaxia y divide a la sociedad en trece Servicios basados en las funciones de los antiguos dioses olímpicos.
Asha es una hades y lleva toda la vida rodeada de muerte.
Ianthe es una deméter y lleva toda la vida enraizada en la soledad.
Cuando ambas entra en la Akademeia, ya saben lo que les espera: tres años de internamiento y la Odiesa, la prueba por grupos donde se elige a los mejores candidatos para liderar los Servicios. Pero la competición es dura y hay mucho en juego.
El poder lo conseguirá quien esté dispuesto a todo por Olympus.
Iria y Selene, dentro del panorama de la literatura juvenil en mi país, España, se han convertido en todo un referente; con ya 17 libros publicados (que se dice pronto), son muy populares y queridas por muchas personas de la comunidad lectora. Y se lo merecen. Yo ya he tenido la oportunidad de leer nueve de sus novelas, y aunque algunas tienen sus más y sus menos, todas las he disfrutado. Esta vez, le tocaba el turno a La flor y la muerte, primera parte de una saga —llamada Olympus— conformada por una serie novelas independientes (no se sabe todavía el número exacto; pero, ahora mismo, hay publicados tres libros) ambientadas en un mismo universo.
Marte, 2628. La humanidad, después de haber explotado hasta la saciedad todos los recursos de La Tierra (y, como consecuencia, dejando de ser una planeta habitable), reside ahora en Marte. Aquí, nos encontramos una sociedad dividida en doce Servicios que están basados en las funciones de los dioses de la Antigua Grecia: Zeus, Hera, Poseidón, Hades, Deméter, Hermes, Hefesto, Afrodita, Atenea, Artemisa, Apolo y Dionisio. Además, está gobernada por la corporación Olympus cuyo poder se expande por toda la galaxia sometiendo a su voluntad a otros planetas.
En este contexto, nos encontramos con Asha, una joven que no ha tenido una vida fácil por, precisamente, pertenecer al Servicio de Hades. Por otro lado, tenemos a Ianthe quien ha vivido en soledad toda su vida por culpa de su madre, Deméter, quien la sobreprotege demasiado. Ambas ingresan en la Akademeia con un objeto un mente: demostrar su valía dentro de este lugar. Sin embargo, la competición es dura y hay muchas cosas en juego, y ambas tendrán que hacer frente a la dura realidad, una realidad que tiene que ver con la verdadera cara de Olympus y que hará que ambas se planteen si quieren seguir formando parte de una sociedad en la que el poder lo conseguirá quien esté dispuesto a sacrificar todo por Olympus.
Como ya os podréis imaginar, La flor y la muerte de Iria G. Parente y Selene M. Pascual ha sido un libro que me ha encantado de principio a fin. ¿Ha cumplido todas mis expectativas? Por supuesto; para mí, ha sido uno de los mejores de los libros que he leído de estas autoras y tengo muchas esperanzas puestas en esta fantástica saga. No obstante, a pesar de que haya sido una novela con la que he disfrutado mucho, me ha faltado algo más de desarrollo en la ambientación y en algunos aspectos de la trama, pero vamos a ir poco a poco.
En primer lugar, tengo que señalar que La flor y la muerte se trata de un libro que, a pesar de tener unas 600 páginas aproximadamente, se lee muy rápido. Esto se debe a que, por un lado, el ritmo es ágil y fluido y, por otro lado, la novela, generalmente, está conformada por capítulos cortos (lo cual es de agradecer). Además, si conocéis el estilo de las autoras, en sus libros —sobre todo, aquellos que han publicado en los últimos años—, por lo general, y La flor y la muerte no es una excepción, no suelen haber descripciones muy extensas y/o largas (también es de agradecer), salvo una que otra excepción (por ejemplo, los libros de la trilogía de Secretos de la luna llena), y abundan las interacciones y diálogos entre personajes, lo cual hace que se agilice mucho la lectura.
Sin duda alguna, los personajes son el eje principal y central de la novela. Si en algo destacan Iria y Selene es en la creación y el desarrollo de los personajes. Al respecto, en La flor y la muerte, veremos que tanto la trama como la ambientación (y otros aspectos formales como la narración) están al servicio de los personajes y sus interacciones, y las mismas autoras lo dejan entrever en los agradecimientos de la novela: «Como siempre, para nosotras la ambientación está al servicio de la trama, pero, sobre todo, al servicio de los personajes y sus relaciones». Obviamente, esto, como en todo, tiene sus ventajas y sus desventajas. La principal ventaja es que, obviamente, nos encontramos con personajes espectacularmente creados. Sin embargo, como ya he dejado caer en párrafos anteriores, a pesar de que la novela me ha encantado, he echado en falta más desarrollo en algunos aspectos de la trama (que tienen que ver con dos grandes saltos temporales que hay en ella), pero, sobre todo, en la ambientación. En este sentido, me hubiera gustado conocer más cosas sobre los otros planetas que se mencionan a lo largo de la novela, sobre la sociedad o la tecnología que se utiliza e, incluso, sobre el sistema Olympus y sus Servicios. Por tanto, si buscáis una novela de ciencia ficción pura y dura, aquí, en La flor y la muerte, no la vais a encontrar.
Volviendo de nuevo a los personajes, como ya he mencionado en el párrafo anterior, son el elemento clave de la novela. En este contexto, estamos ante una "novela de personajes" y, por tanto, al ser un libro de estas características, los personajes tienen que estar muy bien construidos, muy bien desarrollados y que, por supuesto, experimenten (sobre todo, los personajes protagonistas) algún tipo de evolución a lo largo de la historia. La flor y la muerte cumple, sin excepción alguna, todo estos requisitos. Asimismo, se le da mucha importancia, en este libro, a las relaciones e interacciones que se establecen entre los distintos personajes que aparecen en la novela, y no solo relaciones amorosas (las cuales me han gustado bastante), sino también de amistad (me ha gustado también ese lazo de unión y amistad que ha conformado entre los distintos personajes a pesar de las adversidades a la que se han tenido que enfrentar). También tengo que destacar el hecho de que la mayoría de ellos pertenecen al colectivo LGTB+, lo cual también es muy de agradecer.
Por último, tengo que mencionar que, a través de la trama y los personajes, las autoras vierten una dura crítica hacia un sistema que está dispuesto a todo con tal de conseguir lo que se propone (incluso, sacrificar a los eslabones más débiles de la cadena), un sistema que cree fervientemente que el fin sí que justifica los medios. También, hacia una sociedad cegada, que sigue al pie de la letra las órdenes de un sistema corrupto sin plantearse siquiera lo que realmente está bien o está mal. Además, se abordan otros temas como la meritocracia, el colonialismo, la competitividad insana entre miembros de una misma sociedad, la explotación de los trabajadores, entre otros.
En definitiva, La flor y la muerte de Iria G. Parente y Selene M. Pascual ha sido un libro que he disfrutado de principio a fin. A pesar de que he echado en falta algo más de desarrollo en aspectos tan importantes como la trama y la ambientación, esta novela se ha convertido en una de mis favoritas de las autoras. Eso sí, los personajes están espectacularmente construidos y desarrollados, y amarás a cada uno de ellos (Oscar, mi niño, te quiero). Por otra parte, el final es brutal y deja con mucha más ganas de seguir con esta fantástica saga que nos va a quitar el hipo a más de uno/a/e.
Créditos:
Imagen 1 y 2: Las ilustraciones son de Xènia Ferrer (Twitter: https://twitter.com/laziestleezard?ref_src=twsrc%5Egoogle%7Ctwcamp%5Eserp%7Ctwgr%5Eauthor).
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Airin Bartt
